Las piedras se utilizan desde tiempos inmemoriales en diversos ámbitos(artesanía, industria,joyería...). Hoy en día podemos utilizarlas para decorar nuestro interior, lucirlas en joyas y bisutería y algunos iniciados pueden usar sus energías para aliviar sus males, tanto los físicos como los espirituales, mediante la meditación.
Cuando sientes que una piedra te atrae, ya sea por su forma o por su color, no es por casualidad. Lo más probable es que tu cuerpo necesite de sus vibraciones (ya sea para calmarse, para recuperar la energía, para canalizar la ira, para aliviar una pena o una frustración, o incluso para eliminar el dolor muscular....).
Antes de utilizar una piedra, tanto si para dejarla en casa como para llevarla encima, hay que purificarla para suprimir las vibraciones dejadas por todos lo que hayan tocado la piedra antes de que llegue a nuestras manos. Lo esencial es seguir las recomendaciones pertinentes para cada una de ellas. Después de lavarla, hay que secarla cuidadosamente y mantenerla en las manos mientras pensamos en el problema que queremos solucionar o los beneficios que esperamos obtener. Normalmente se recomienda lavarlas con agua destilada, pero yo y muchos Terapeutas utilizamos agua del grifo. Algunas joyas son difíciles de purificar en agua; en esos casos yo aconsejo, fuego (fumigación). Se pasa la joya por encima del humo desprendido por el incienso que hayamos escogido, procurando no respirar directamente el mismo. Después hay que airear la pieza.
Yo como Terapeuta las recomiendo básicamente para calmar los ánimos y para conseguir fuerza y confianza. Pueden llevarse como joyas también en una bolsita como amuleto, en bolsillo o bien colocarlas en un lugar específico de una habitación de la casa. Pero cuando sufras de una dolencia física o psicológica seria y profunda, hay que consultar con un Terapeuta especializado que te guíe y te explique detalladamente la utilización de las piedras en función de los chakras a los que van destinadas.
María Gutiérrez, Terapeuta Manual y Natural.
